Ayer se realizó en Ansabo una olla popular para el barrio Villa la Florida, Quilmes. Desde julio de 2019, cuando la empresa cerró sus puertas dejándolos en la calle, los trabajadores y la comisión de mujeres iniciaron una lucha para poner la fábrica bajo control obrero.
Hoy abren sus puertas nuevamente al servicio de la comunidad, demostrando que la única solidaridad que llega a los sectores populares es la solidaridad de la clase trabajadora. Nos acercamos y conversamos con Silvia y Jésica, quienes son parte de la comisión de mujeres.
¿Cuál es la situación en la que se encuentra Ansabo en estos momentos?
J.- Están intentando producir, estamos en busca de la materia prima y también para la expropiación, que Ansabo sea de los trabajadores. Estamos esperando, pero ahora está parado por la pandemia.
S.-El día 15 se cumplieron 9 meses que cerró, que dejó 49 familias en la calle, se está tratando de cuidar, de poder recuperar para que los trabajadores puedan volver a tener la dignidad que perdieron el día 15 de julio del 2019. Ahora, sobreviviendo día a día con la ayuda de la gente, de los partidos políticos, con ayuda de las organizaciones sociales, que nos van aportando tanto mercadería como dinero. Es duro, triste, como siempre digo, pero bueno, ojalá que podamos tener la oportunidad de poder levantar esta fábrica y que los muchachos puedan trabajar.
¿Tienen la perspectiva de hacer una cooperativa?
S.- Está todo para hacer una cooperativa, ya están todos los trámites ingresados en el INAES, falta la matrícula. Lo que tenemos también es la ley de expropiación ingresada en la cámara de diputados de La Plata, pero con este asunto de la pandemia, está todo medio trabado. Tenemos bastante apoyo, ojalá que nos salga todo eso.
Vimos que hoy empezaron a hacer una olla popular. ¿Cómo surgió esta idea?
J.- Nos veníamos enterando que al surgir la pandemia los colegios abrían de lunes a viernes para darle comida a los vecinos, pero los sábados no estaban habilitados. Entonces propusimos que el plato de comida también tendría que estar los sábados o el fin de semana, por eso surgió, para ayudarlos a que tengan su plato de comida.
S.- Y surge porque uno quiere dar una mano en el barrio, es el que también nos ayuda, es el que se acerca a traer un paquete de yerba, un paquete de azúcar. También con la situación que estamos atravesando en este momento en el país es un desastre para comer. Hay gente que trabaja por su cuenta, los cartoneros que no pueden salir y no tienen un efectivo o mismo nosotros. Hay muchachos, que están cobrando el fondo desempleo que son $5.000 ¿y de dónde sacamos? no podemos vivir con eso al mes.
Acompañaron también la idea los compañeros de FOL y se pudo organizar esto. Por suerte fue un éxito, no nos alcanzó la comida, así que se está volviendo a hacer otra olla para poder tratar de abastecer lo más posible.
¿Notaron que se agudizó la crisis en el barrio con el tema de la pandemia?
J.- Sí, aumentó mucho, porque hay gente que trabaja por hora o por día y al estar todo parado, no pueden trabajar y no le pueden dar el plato de comida.
S.- Eso sí, la gente que trabaja en la calle no tiene la oportunidad de salir de salir a buscar el peso, mismo nosotros.
Mi marido tenía que cobrar el fondo desempleo el 25, no lo cobró porque los bancos estaban cerrados. Tuvimos que esperar hasta ese día trágico, que se juntaron no sé qué cantidad de jubilados para poder cobrar los cinco mil.
En mi casa somos cuatro, tengo dos hijos mayores de 20 y 25, y no nos dieron a ninguno la ayuda de los diez mil porque cobramos el fondo de desempleo. Ellos, si estudian, hasta los 25 tienen obra social, mi hijo más chico tiene 20, pero la más grande 25, ya los cumplió, y ni siquiera a ella. ¿Y qué haces con 5 mil pesos?
¿Hoy se acercó mucha gente a la olla popular?
S.- Si, un montón. Se hizo una olla de casi 100 porciones y no se dio abasto, se está haciendo otra olla más. Se está anotando la gente para volver, tenemos casi 100 anotados, así que seguro son 200 porciones.
Anotamos para saber para el sábado que viene. La idea es ampliar al domingo porque acá a tres cuadras hay una escuela que entrega de lunes a viernes almuerzo, mismo los muchachos, los trabajadores, van a comer ahí.
Allí se puso un cartel para avisar que se hacía acá la olla popular, la idea sería cubrir todas las semanas, pero bueno, empezamos con el sábado para ver qué pasaba.
J.- Hasta ahora es bastante alta la concurrencia, igual lo esperábamos, como está todo complicado. Creemos que es necesario ayudar y también, solidariamente, acompañar.
¿Alguna reflexión que quieran compartir sobre el rol de la comisión de mujeres?
S.- A mí me costó tratar mentalizar de hacer una comisión de mujeres, yo venía de mi casa con mi marido y mis hijos, sin ninguna actividad. Después te das cuenta de que es necesario, necesario para acompañar, anímicamente para levantarlos. Hubo un montón de bajones de los compañeros y mismo de las mujeres, pero como lo estas pasando entendés a la otra persona y podés hablar de igual a igual. La unión hace la fuerza. Por ahí me costó 52 años entender todo esto, pero bueno, lo estoy aprendiendo.
¿Algún mensaje que quieran compartir al resto de lxs trabajadorxs?
J.- Que nos cuidemos entre nosotros, que tengamos conciencia de todo esto, pero que sigamos peleando y luchando para ganar.
Por L. (PRC)
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